Bien sea por el color del mar, el color del día, la incipiente entrada de brisa de nordeste, periodos nobles, olor a vida que desprenden las minúsculas gotas de mar que vuelan hacía tu rostro...
¿A quién no le ha pasado? Y si no que pruebe y experimente hasta interiorizar las sensaciones que le dejaron aquellas jornadas memorables...
No creáis que ha sido la jornada de mi vida, pero sí que me ha resultado gratificante comprobar que todavía pueden existir jornadas con cierta actividad.
No desistir, intentar progresar en el arte de la pesca y sobre todo respetar lo que nos da la vida porque sin ello ¿Qué seríamos?